Andrea Cabrera, directora de Asuntos Públicos en Diálogo Corporativo

Con las elecciones mexicanas prácticamente en la puerta, nos encontramos frente a un desafío fundamental: la falta de ética.

México se prepara para un hito crucial: el proceso de elegir la primera presidenta del país y a 628 legisladores federales, además de las elecciones locales de 32 congresos, 8 gobernadores y un jefe de gobierno de la CDMX, alcaldes, cabildos… en suma, 20,375 cargos públicos.

Más allá de los típicos discursos y promesas, la falta de ética política es el gran faltante, afectando no sólo a nuestra generación joven y activa, sino también a los empresarios que buscan un entorno político estable y confiable para sus inversiones.

En un mundo cada vez más interconectado y consciente, la ética política no puede ser pasada por alto. Cada uno de los mexicanos tenemos la responsabilidad de exigir transparencia, honestidad y compromiso por parte de nuestros elegidos. El futuro de México depende de ello.

Para los jóvenes, las elecciones de junio de 2024 representan una oportunidad para hacer oír su voz y dar forma al futuro que desean. Sin embargo, la falta de ética política puede generar desconfianza y desencanto en un sistema que parece más preocupado por el poder que por el bienestar de la sociedad.

El sector empresarial, por otro lado, se enfrenta a una encrucijada –una vez más–. La falta de ética política no solo socava la estabilidad económica y jurídica, al igual afecta la confianza en las instituciones gubernamentales, lo que puede obstaculizar el crecimiento empresarial y la inversión.

¿Seguro que no te interesa?

La falta de ética política no es algo que podamos seguir ignorando y posponer. Pero si hablamos de ética política, necesitamos hablar también de la ética ciudadana. Sin electores no habría políticos que elegir. En otras palabras, para cambiar el sistema político mexicano, necesitamos ciudadanos más comprometidos, principalmente en ejercer su derecho (o lo que podría llamarse “obligación ciudadana”) a salir a votar el próximo 2 de junio 2024.

Este es un llamado urgente al cambio: de nuestro actuar como ciudadanos y como políticos. Escuchamos a menudo a personas decir “a mi no me interesa la política”. Es válido, todos tenemos intereses diversos, distintas percepciones. Pero la respuesta a esta frase es: ¿no te interesa tener un mejor entorno, que sea más sustentable, más amable y mejor, para que tu día a día sea más llevadero?

La urgencia del cambio radica en exigirnos elegir representantes comprometidos con la integridad, la transparencia y el servicio público genuino. Para el 2 de junio, es urgente elegir a quienes estén dispuestos a desafiar el status quo y trabajar por un México más justo y ético.

México es un país vibrante y diverso. Cada uno de los mexicanos podemos ser agentes de cambio. El cambio comienza en nuestro corazón, en nuestra mente y nuestras acciones. Cambiemos nuestra actitud hacia la política. Démosle otro significado.