Pelé, una estrella que llegó tarde a los negocios millonarios del futbol.

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Hablar de futbol es casi tan complicado como hablar de política. Hoy el llamado deporte Rey  representa mucho más que dos equipos  corriendo detrás de un balón. El negocio del futbol se ha puesto en la mira de fondos de inversión, magnates, petrodólares etc. La masificación del deporte y su profesionalización genera más de 200,000 millones de dólares al año, según declaraciones de Gianni Infantino, presidente de la FIFA. 

Contratos estratosféricos, como el recientemente firmado por Cristiano Ronaldo por la módica cantidad de 75 millones de dólares al año, o el traspaso más alto en la historia por un futbolista como es el de Neymar Jr por un importe de 222 millones de euros por cambiar de club, nos hacen preguntar, ¿qué hubiera pasado, de haber sido Pelé profesional en la era moderna? 

El Rey del futbol, Pelé, será recordado por siempre como el niño que enamoró al mundo, el único tres veces ganador de la Copa del Mundo con Brasil, una figura en toda la extensión de la palabra. Sin duda, las comparaciones deportivas respecto de quién es el mejor futbolista de la historia siempre existirán, pero el legado de Pelé quedará marcado en la historia.

 

 

El desempeño deportivo de Pelé en su época dorada es invaluable. Es así como cualquier objeto relacionado con él eleva su precio a la atmósfera en una subasta . Lo más interesante es que a pesar de ser el deportista mejor pagado de Estados Unidos, durante su estancia en el Cosmos de Nueva York, no fue sino hasta después de su retiro en 1977 cuando el astro global dejó una huella también en la industria del marketing deportivo.

Según reportes de El Mundo, Edson Arantes do Nascimento Pelé, habría dejado un patrimonio neto que circula en más de 300 millones de dólares, mismos que siempre supo administrar generando relaciones en el extranjero y fundando Pelé Sports and Marketing, agencia que se encargaría en sus tres sedes ─Nueva York, Japón y Sao Paulo─ de proteger la imágen del multicampeón.

Nadie podrá dudar del éxito publicitario de Pelé después de los 60, incluyendo campañas internacionales con empresas como Pepsi, Viagra, Nokia o Mastercard. Hablar de Pelé como una marca es hablar de una revolución en el negocio deportivo, no sólo por sus contratos como futbolista, sino por todo lo que generó después, convirtiendo su valor en una marca.

 

Sin embargo, comparando el negocio moderno es difícil imaginar el monstruo que la figura de Pelé habría significado en el mundo del deporte actual. Hemos visto que la polémica entre una cantante y un jugador puede generar más de 40 millones de reproducciones en un solo día, a ligas amateurs para streamers y jugadores retirados como la Kings League de Gerard Piqué, liga transmitida en Twitch que en su primera jornada dejó cifras que han sorprendido en otros sectores: seis partidos, siete horas de emisión, un pico de 800.000 espectadores acumulando su canal oficial y la retransmisión de sus presidentes y una media de 450.000. Lo que generaría Pelé en la actualidad sería descomunal.

Según Los Angeles Times los ingresos de la FIFA en el ciclo de QATAR 2022 alcanzaron una cifra récord de más de 7,500 millones de dólares, superando por más de 1,000 millones a Rusia 2018. Se estima que los ingresos podrían acercarse a los 10,000 millones en los próximos cuatro años, gracias a una nueva estrategia financiera para explotar el futbol femenino y la expansión del Mundial 2026 en Estados Unidos, Canadá y México.

En México Pelé fue y siempre será una leyenda, desde la icónica imagen de letreros afuera de locales de la Ciudad de México con la leyenda “Hoy no abrimos, vamos a ver a Pelé’’, a las múltiples muestras de cariño después de su muerte. Un adelantado a su época que será siempre recordado.

 

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