
¿Quién se acuerda de la Agenda 2030?
En Asuntos Públicos, Comunicación — 4 min.
El regreso a la presidencia de Donald Trump a Estados Unidos no sólo marca un nuevo retroceso para la Agenda 2030. Es un golpe mortal del que difícilmente hay regreso. Huele a una interrupción permanente, a una caída final, a un golpe de knock out. ¿Quién se acuerda de la Agenda 2030? Esta princesa ya se durmió, nos vemos en 100 años. A menos que… el resto del mundo, empresas y gobiernos se decidan a mantener el rumbo ante por lo menos cuatro años de incertidumbre.
La retirada de todo
Las acciones del presidente Trump parecen orientadas a recuperar todo el tiempo perdido, no sólo en los cuatro años de la administración anterior, sino en el primer año de su primer periodo. Su estreno en la presidencia en 2017 fue tan inesperado que el propio personaje tardó demasiado tiempo en formar un equipo de gobierno, llegando incluso a valerse de su propia familia.
Esta vez no. La agenda del presidente esta llena, y una buena parte de ella consiste en orquestar la retirada de Estados Unidos del panorama multilateral mundial, de una forma nunca antes vista. Volvió a retirarse del Acuerdo de Paris, y por ende rechazó los objetivos de la Agenda 2030 para su país. La Agenda está compuesta por una larga serie de objetivos de desarrollo sustentable, incluyendo el combate a la pobreza, firmada por casi todos los países del mundo. El retiro de Estados Unidos incluye rechazar las reglas que le exigían a los países desarrollados ayudar a países más pobres a cumplir con sus metas.
Trump también sacó a su país de la Organización Mundial de la Salud, del Consejo para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y ha puesto a otros organismos multilaterales en revisión, como la UNESCO.
Entre lo que no tiene precedente fue la práctica cancelación de US AID, una entidad que consumió un presupuesto de 40,000 millones de dólares en 2023, y que dirigía ayuda de todo tipo a más de 100 países. Diversas voces han hablado sobre las muertes por hambre y enfermedad que esta sola medida va a ocasionar en el mundo.
Ante estos movimientos, y el levantamiento de aranceles a todo el mundo, el regreso de una agenda ambiental no sólo queda interrumpido, sino que ha sido arrastrado a un tercer o cuarto lugar entre las prioridades de quienes buscan que el retiro global de Estados Unidos no sea tan extremo.
Se supone que sólo algunos pocos países pequeños habían quedado fuera del Acuerde de Paris, ahora que se les une la economía más grande (o la segunda) del planeta, ¿quién puede retomar la estafeta?
Algunas esperanzas
Entonces, ¿quién se acuerda de la Agenda 2030? Por lo pronto, en lo que respecta a los gobiernos nacionales o supranacionales, la estafeta cae en la Unión Europea. Este organismo no ha dado señales de modificación en sus metas de reducción de gases de efecto invernadero, y de mitigación ambiental en general. Europa sigue siendo una de las regiones con mayor interés por el medio ambiente, tanto entre sus gobiernos como en su población.
Pero también existe una larga lista de instituciones que agrupan por ejemplo a gobiernos subnacionales, como America is all in, que agrupa a 20 estados de Estados Unidos y una larga lista de ciudades estadounidense bajo el objetivo de cumplir con los acuerdos 2030. Está también Climate Group, y la Under2 Coalition, que reúnen a gobiernos locales, empresas y a la sociedad civil bajo el mismo propósito.
En cuanto a la iniciativa privada, existe la We Mean Business Coalition, que reúne a una larga lista de asociaciones y organismos, que a su vez agrupan a cientos de empresas de todo el mundo, todos ellos interesados en combatir el cambio climático. Está C40 Cities Climate Leadership Group, que agrupa a ciudades interesadas por el medio ambiente, y a la cual pertenece la CDMX, por cierto.
En México a nivel gubernamental, la administración de la presidente Sheinbaum parece resuelta a implantar políticas ambientales positivas, como fomentar la economía circular y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, a través de la descarbonización de las plantas de generación de electricidad y una mayor atención a las energías renovables.
En el poder legislativo y en las ciudades hay interés también por fomentar el aprovechamiento de residuos sólidos, mejorar el uso de agua y dar tratamiento a las aguas residuales. También en esta legislatura funciona la Comisión especial para el seguimiento de la Agenda 2030.
En el sector privado también existe una larga lista de organizaciones, como Recicla Unicel, Rennueva, Vida Circular, el movimiento Nos mueve a todos, que han tomado la estafeta del cuidado ambiental, trabajando de la mano con la industria. A nivel empresa, las políticas ASG entre las corporaciones más grandes en México y en el mundo representan una inercia que será difícil detener, por lo menos esperando que la “guerra cultural”, como le llaman en Estados Unidos a este retroceso, no se expanda como incendio forestal hacia más segmentos de la sociedad.
El vacío en el liderazgo ambiental mundial tiene un gran hueco por ahora. Sólo una profunda convicción y empeño de las piezas más pequeñas del rompecabezas podrá lograr que todo lo construido hasta hoy se mantenga en pie.