
El llamado a la acción: La responsabilidad de todos en la sustentabilidad
En Asuntos Públicos, Comunicación — 3 min.
En un mundo donde la conversación sobre la economía circular y la sustentabilidad se encuentra en auge, es esencial detenernos a reflexionar sobre una verdad amarga pero reveladora: el discurso que nos rodea ha olvidado al ciudadano común. A menudo, se nos presenta el reciclaje como la panacea para la crisis ambiental que enfrentamos; sin embargo, esta perspectiva nos despoja de la real naturaleza de nuestra responsabilidad en el ciclo de los residuos.
Como mujer mexicana, fascinada por temas de sustentabilidad, puedo afirmar que el impacto de nuestras decisiones diarias es profundo. Sin embargo, hablar de reciclaje sin mencionar el primer paso crucial—la separación de residuos—es una error que se debe corregir urgentemente. El sistema actual de manejo de residuos ha dejado de lado a quienes verdaderamente están al frente: las personas que habitan en nuestras ciudades, especialmente en macrociudades como la Ciudad de México.
No se trata de que el ciudadano de a pie asuma la carga de reciclar. El reciclaje es una labor especializada que recae en un sector industrial que cuenta con el conocimiento y la infraestructura adecuada. Esta clara distinción es vital. El ciudadano no es el que recicla, sino quien tiene la facultad de separar correctamente sus residuos. Separar y acopiar son las dos palabras que deberíamos convertir en parte de nuestro vocabulario diario, porque estas son las acciones que nos dan poder. Nos permiten colaborar con aquellos que se encargan de valorizar lo que desechamos.
Con cada botella que elegimos separar, con cada envoltura que decidimos colocar en la bolsa adecuada, estamos tomando una postura. Estamos desafiando el sistema que nos dice que la responsabilidad ambiental recae solamente en manos de las instituciones y organizaciones. No podemos seguir esperando que otros actúen por nosotros. La defensa del medio ambiente comienza en casa, en nuestra propia conciencia, en el corazón de cada mexicano comprometido con su entorno.
La vida en las grandes ciudades implica un ritmo acelerado y, a menudo, una desconexión con la naturaleza que nos rodea. Pero la verdad es que la sustentabilidad se construye paso a paso, acción tras acción. Hoy, más que nunca, tenemos la oportunidad de sumarnos a un movimiento colectivo que busca una transformación real. La clave está en nuestra participación activa y consciente. En este momento de urgencia climática, no podemos huir de nuestras responsabilidades.
Hago un llamado a cada ciudadano para que no se quede pasivo ante el sufrimiento de nuestro planeta. ¡Actuemos! No solo debemos pensar en reciclar, debemos aprender a separar con la intención de acopiar, para después entregar esos residuos a quienes poseen el conocimiento y la capacidad de darles un segundo aire. Ayudemos a que los residuos se valoricen haciendo algo desde nuestra trinchera.
Es tiempo de poner nuestras manos en acción, de convertir la preocupación en motivación. No se trata de ser perfectos, se trata de ser responsables. Juntos podemos redefinir la discusión de la sustentabilidad en México. Juntos podemos ser los arquitectos de un futuro más verde.
Andrea Cabrera / DC