Hay que aceptarlo: ganar se siente bien, y recibir un premio, fruto del esfuerzo y la dedicación es aún mejor. Los momentos de reconocimiento son por principio raros. Alguien nos dijo que los premios deben ser escasos y con cierta razón, de lo contrario se tornarían cotidianidad y terminarían aportando poco.

La mayor parte de nuestra vida profesional estamos atendiendo objetivos, cumpliendo metas, acudiendo a citas, contando fríos KPIs, nombrando prioridades, urgencias y francas crisis. Pero los mejores saben que deben darse un tiempo, muy frecuente, para hacer algo más: darle rienda suelta a la creatividad y la innovación.

“La loca de la casa”, le suelen decir a la imaginación. Esa frase la escribió por primera vez santa Teresa de Jesús. La fundadora de las Carmelitas Descalzas se refería a ella en un contexto negativo, me temo, porque se refería a ese mundo interior, ese pensamiento constante que nos quita la tranquilidad. Aún ahora muchos coaches y divulgadores de religiones y teorías de la conciencia nos advierten contra esa lluvia de pensamientos, temores, miedos, que atentan contra nuestra contemplación del mundo y de nosotros mismos.

Pero, cosa que se nos da, en el mundo actual le hemos dado un significado positivo. Dejemos a esa loca conectar puntos que no parecía posible unir (la base de la creatividad), usemos un conocimiento o tecnología nuevos para hacer algo diferente (la base de la innovación), generemos algo nuevo en donde no parecía haber nada. Hay momentos para transformar el business as usual en “what if…”; tiempos para cambiar la chamba por la disrupción, tomar riesgos, “hacer camino al andar”, cantó Serrat y escribió Machado.

Estos momentos no se dan por sí solos. No en Comunicación Corporativa. Hay que darse este espacio, generar ambientes, destinar tiempo y lugar. Todos tenemos a esa loca, la imaginación, unos más desarrollada que otros, pero hay que estimularla y retorcer nuestra cotidianeidad para dejarla salir.

El fruto de ello sin duda un trabajo nuevo, disruptivo, generador de interés y lleno de resultados. Un trabajo de premio, como el que buscamos en el Premio AMCO 2024. Rompe, que los KPIs llegan solos. Busca esas empresas que quieren tomar riesgos y adóptalas como bendito tesoro. Date ese gusto y cambia nuestra realidad… hay tanto que cambiar.